Déjame contarte que cuando se acortan las horas de luz solar, debido al equinoccio de otoño, suele suceder que el entorno gris, nos pone grises emocionalmente, se nos carga el desgano y la tristeza.
Los expertos dicen que esto se llama Trastorno Afectivo Estacional y se debe a la falta de luz solar que es una necesidad de nuestro cerebro, por lo que el sol es en sí mismo una vacuna emocional.
Nuestro cerebro, quien manda mensajes a través de la médula, requiere un mayor uso de energía y por ello, algunas veces nos dan ganas de comer cosas dulces.
La Hibernación en la Naturaleza
Pero no somos los únicos que pasamos por esto en esta época; algunos árboles por ejemplo, dormitan durante el invierno, para ello procuran gastar menor energía para mantener la savia líquida y que no se congele.
Se trata de una savia azucarada que es la que da el color rojo a sus hojas antes de dejarlas caer para incluso, gastar menos energía.
Es increíble la forma en que envían su savia a la parte baja de sus troncos, provocando el estado de latencia de los árboles, quienes quedan en espera de los rayos cálidos del sol que volverán con el equinoccio de primavera.
Al tiempo, las hojas que han caído forman una cama donde se mantiene agua, humedad, refugio y alimento para otras especies que habitan los bosques, como roedores, mamíferos, reptiles, insectos y muchos tipos de plantas, hongos y musgos.
Las hojas forman una capa protectora sobre la que cae la nieve y permite que algunos habitantes de los bosques construyan túneles que les protejan del frío y de los depredadores cuando salen en busca de alimento.
Estas hojas guardan también semillas y raíces, alimento de otra variedad de especies y además se ofrecen de mullida cama entre huecos de árboles, rocas y troncos.
Ciertas aves de alegres colores, se tornan opacas en invierno y también se tornan más silenciosas, es una época de sobrevivencia donde es vital guardar toda la energía posible para revivir de colores y de cantos durante la primavera.
Por su parte, los venados dejan caer sus astas realizando un menor esfuerzo al no llevar a cuestas ese peso.
Los osos y el invierno
Algunas otras especies hibernan de plano, como los osos, por ejemplo, otra maravilla de la naturaleza.
Las mamás oso despiertan de su hibernación para dar a luz a sus crías y luego regresan a dormir mientras amamantan a sus bebés para que estén fuertes y sanos al salir al mundo.
Las mamás oso, deben haber consumido suficiente alimento y estar muy bien hidratadas para sobrevivir a un invierno y una maternidad sin comer ni beber durante ese tiempo.
Como parte de la naturaleza, también experimentamos algunos efectos en esta época de menor luz solar e intenso frío.
Pero estar cercanos emocionalmente es una manera que hemos hallado para transitarla, así que es tiempo de azucararnos el ánimo con buena compañía, lindos recuerdos, hidratarnos con infusiones calentitas, buena lectura y mucha alegría. Charlemos.
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