Los Millennials: están practicando menos sexo que generaciones anteriores
En un artículo publicado en The Economist, el autor Lexington da cuenta de un aspecto de la realidad hoy en día.
Después de una discusión de tres horas acerca de sexo y citas de parejas con 30 estudiantes de Northwestern University, en la lluviosa costa de Lake Michigan, su columnista supo el porqué.
Lexington – The Economist
La visita de Lexington fue estimulada por la última evidencia de que los jóvenes en Estados Unidos (así como en Japón y otros países ricos) están practicando mucho menos sexo.
La porción de norteamericanos con edades entre 18 y 29 años que mencionan no haber experimentado relaciones sexuales en los últimos 12 meses se ha más que duplicado en una década (llegando a 23% en el último año).
Es decir, contrario a lo esperado a pesar de la eliminación de muchos impedimentos para practicar relaciones sexuales.
Los jóvenes norteamericanos son menos religiosos y más relajados con respecto a la orientación sexual, de lo que siempre han sido.
Los mayores motivos de la “recesión sexual” probablemente son sencillos: Las parejas casadas están teniendo más sexo que los solteros y los estadounidenses se están casando más tarde.
La coacción económica es otro amortiguador. No es coincidencia que la desaceleración en la vida sexual de los jóvenes estadounidenses empezó durante la gran recesión.
La baja autoestima que las pobres expectativas generan, como la experiencia de muchos japoneses trágicamente atestigua, pueden causar un celibato masivo.
Las aplicaciones para citas, las cuales han utilizado alrededor de la mitad de los estudiantes, pueden mitigar esto en el mejor de los casos.
Es probablemente una respuesta al crecimiento del empoderamiento de la mujer, un cambio mayor en la política sexual, exacerbada aún más por el temor de los hombres a una acusación de acoso al estilo #MeToo.
No es sorpresa que muchos estén apuntando por limitarse a sus videojuegos.
La economía está fuerte. Las corrientes en la cultura popular cambiarán y una vez que los jóvenes estadounidenses se acostumbren cada vez más a relaciones de género más igualitarias, podrán adaptarse de nuevo al grado de ambigüedad y riesgos que conlleva el romance.
Ésa es la esperanza al menos.Mientras tanto podrían dejar de lado sus teléfonos (celulares) y hablar frente a frente un poco más e incluso coquetear.
Fuente: The Economist
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