Atardeciendo, comenzando a oscurecer en un país al sur de América, según la versión de muchas personas.
Al hombre del saco lo han visto en varios lugares, otros dicen que se ha visto en varios países.
Las madres advierten a los niños de la presencia del hombre del saco o Cuco del saco o simplemente el viejo del saco, con el fin de que estos obedezcan.
“Ya es hora de dormir, si no te acuestas llamare al viejo del saco”
“Si sigues portándote mal va a venir el Cuco y te llevara en su saco”.
Comúnmente, estas y otras frases se utilizan aún por las mamás a modo de advertencia para que los niños, temerosos de este personaje; el hombre del saco o el Cuco o el viejo del saco, se los lleve.
Existen muchas versiones del hombre del saco, pero la más común cuenta que un hombre gravemente enfermo que vivió hace muchos años atrás en España.
Aconsejado por el curandero más poderoso de su pueblo, comenzó a sacrificar niños con el fin de pagar su cura, los secuestraba y los sacrificaba.
El Cuco o Coco (en México) como también se le conoce, era de escasos recursos, clamaba por su vida y al no tener recursos económicos para pagar la cura de su horrenda enfermedad.
Ofreció al curandero el sacrificio de los seres más inocentes, los niños lugareños, y es así como comenzó a secuestrar a todos los niños de su pueblo, su obra maléfica continua hoy en día.
Es así como el viejo del saco comenzó su eterna caminata, al acabar el día y día tras día.
Tenía que encontrar y secuestrar niños, para curar su enfermedad, algunos dicen que ¡se los comía!
Un ser malévolo.
Los que lo han visto dicen que viste ropas viejas y sucias que es jorobado y su aspecto es repelente, de rostro arrugado sucio y maloliente.
Tiene cabellos aplastados, despeinados, enredados y desaseados, barba larga y gris.
Carga un gran saco negro (bolsa de tela) al hombro donde se lleva a los niños desobedientes con el único fin de sanar su enfermedad que solo se cura con el sacrificio de estos niños.
El viejo del saco es una de las leyendas más comunes de los países latinos, varias versiones famosas se conocen.
El clímax siempre es: el hombre de aspecto tenebroso enfermo que secuestra niños desobedientes y los mete en su saco y se lleva para sacrificarlos.
Las madres dicen que usar esta leyenda como alternativa para que los niños obedezcan, solo les ha dado resultados efectivos e inmediatos.
Usted decide si continúa perpetuando esta tradición popular de nuestra cultura hispana.
Autora: Doña Chepita
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